martes, 31 de enero de 2012
55.
No te estoy pidiendo que todos los días me despiertes con un 'buenos días princesa', ni con el desayuno en la cama, ni tampoco dándome besos. Tampoco te pido que te tires todo el día a mi lado, y que me hagas promesas que tu mismo sabes que luego no vas a cumplir. No pido que vayamos abrazados por la calle, ni que hablemos durante todo el día. Tampoco te pido que me bajes ni el sol, ni la luna, ni una estrella, ni nada por ese estilo. Lo único que te pido es que cada mañana me despierte a tu lado, y me dediques una de tus sonrisas. Que siempre que te necesite estés ahí, conmigo, apoyándome. ¿Promesas? Las justas. Que aunque no puedas bajarme la luna, me acompañes todas las noches a verla. Que lo que estamos creyendo imposible, se intentará. Regalame miles de sonrisas, sin envoltorio. Prométeme que a las doce en punto de la noche no se acabará el hechizo.
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